Durante una sesión de Reiki, el practicante comienza ubicando al receptor en una posición cómoda y relajada. El receptor permanece completamente vestido mientras el practicante coloca sus manos en diferentes posiciones sobre o cerca del cuerpo, siguiendo un protocolo específico. A medida que las manos se posan en cada área, se canaliza la energía universal de Reiki, buscando equilibrar y armonizar la energía vital del receptor.

El proceso implica una suave transmisión de energía a través de las manos, y muchos describen la experiencia como una sensación de calor o relajación profunda. El objetivo es liberar bloqueos energéticos, promover la relajación y estimular la capacidad natural del cuerpo para sanar. La sesión de Reiki no solo aborda el aspecto físico, sino que también se dirige a nivel emocional y espiritual, creando un espacio para la paz interior y el bienestar integral. Cada sesión es única y personalizada, adaptándose a las necesidades específicas del receptor en ese momento.

La práctica regular de Reiki ha demostrado ofrecer una serie de beneficios para el bienestar integral. Entre estos beneficios se incluyen la reducción del estrés y la ansiedad, la promoción de la relajación profunda, y el alivio de tensiones físicas y emocionales. Muchas personas experimentan una mejora en el equilibrio energético, lo que puede favorecer la claridad mental y la capacidad de afrontar desafíos con mayor calma. Además, el Reiki se asocia frecuentemente con un aumento en la vitalidad y la aceleración del proceso de recuperación física. Este enfoque holístico no solo busca aliviar síntomas específicos, sino también promover un estado general de armonía y bienestar en el cuerpo, la mente y el espíritu.

La duración de la sesión puede variar de paciente a paciente, pues se evalúa el estado general del consultante antes de iniciar la sesión para determinar el tipo de tratamiento a realizar.

Por lo general la sesión suele demorar de 45 minutos a 1 hora.

Durante una sesión de Reiki, las personas suelen experimentar una profunda sensación de relajación y bienestar. A medida que el practicante canaliza la energía universal a través de las manos, algunos reportan sentir una suave sensación de calor o energía fluir en diferentes partes del cuerpo. Muchos describen una relajación profunda a nivel físico y mental, liberando tensiones acumuladas. Además, algunos individuos informan de experiencias emocionales, como una sensación de paz interior o una mayor claridad mental. La experiencia es altamente personalizada y puede variar, pero en general, las sesiones de Reiki tienden a brindar una pausa tranquilizadora en la rutina diaria, promoviendo una sensación de renovación y equilibrio.